Cuando se cumplen 111 años de su nacimiento, la polémica en cuanto a la inanimada vida del poeta vuelve a saltar a la palestra. Lo que siempre resultó un disparate más allá de Fuente Vaqueros vuelve a tomar forma en el pueblo que le vió nacer. Al referirnos a Lorca, ¿hablamos de un antológico dramaturgo o de un simple guiñol?
La rumorología ha calado hondo, concretamente hasta el "Cambridge Institute" ubicado en Dublín. Allí, Jonas O'Connor dirige una investigación que plantea revisar textos, poemarios ocultos... y ninguno de los 14 trabajadores que tiene a su cargo es capaz de dilucidar como los siguientes versos, supuestamente escritos durante 1930 en Nueva York, pudieron ser engendrados en la mente de un ser de carne y hueso:
"Pero el 2 no ha sido nunca un número
porque es una angustia y su sombra..."
"Es una mamarrachada de categoría siderúrgica" refunfuña Jonas al tiempo que añade: "(los versos) están exentos de toda lógica humana". Y es que el investigador irlandés lo tiene claro y para ello apela al gran mito de Federico, el que dice que su obra tan sólo es comprendida por aquellos que nunca la han leído. Para Jonas, todo es cuestión de ensalzar en una época en la que se necesitaban a los héroes, y en este sentido, Federico ha sido ensalzado deliberadamente.
Pero no sólo esto huele a chamusquina en esta rocambolesca historia. Recapitulemos hasta el 2 de octubre de 2008. El gobierno presidido por Rodríguez Zapatero lanza la populista ley de "memoria histórica". El juez Garzón, cuyos fallos son más conocidos que los de las escopetas de caña, se erige como ariete de una medida que augura pan para unos y judías para otros. Se ordena así la apertura de todas las fosas españolas, incluidas las nasales.
Los descendientes de García Lorca, temerosos de que se airee una verdad no conocida por el resto del mundo, no tardan en reaccionar. La negativa a abrir la fosa de su allegado es unánime entre el seno familiar, ¿qué secreto se esconde detrás de todo esto? Los vecinos más ancianos de Fuente Vaqueros hablan de ello con total naturalidad. "Nunca conocimos a ningún Federico" dice Octavio Sajón, teórico coetáneo del artista. Y matiza: "Surgió de la nada y de la nada se esfumó. La familia teme que al desempolvar sus restos nos topemos con un destartalado títere de 80 centímetros de altura en lugar de vestigios humanos. Federico fue, es y será siempre un muñeco de trapo".
La controversia no acaba aquí. Las investigaciones más recientes del equipo de Jonas O'Connor han sacado a la luz diversos análisis fisionómicos del rostro del granadino. "No tenemos más que remitirnos a las diferentes fotografías que documentan la vida de Lorca para cercionarnos de que en todas ellas el poeta aparece con la misma expresión facial, con la misma cara vulgarmente hablando". Sin duda una prueba más que alimenta la teoría de que muy probablemente Federico fuese un muñeco ventrílocuo accionado por sus compañeros en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Si así fuese, deberíamos de empezar a considerar la realidad de que su hito es un fraude de la magnitud de las Caras de Bélmez o El Palmar de Troya.
Federico nos deja una obra sin ton ni son, un mar de especulaciones por parte de su familia y unas evidencias gráficas considerables. Demasiadas casualidades para atreverse a negar lo que desde hace tiempo estaba en boca de todos, García Lorca no es más que un pelele.